Mi
ciudad tiene dos puertas: la mía, la nuestra, la tuya, la vuestra.
La mía casi siempre está cerrada, para usarla he de pedir la llave,
a veces por favor, también a veces ni se sabe lo que encontraré
tras esa puerta bloqueada para tí, cubos de fregar, cajas, escoba...
un rimero de trastos imposible de franquear para usar el lavabo si no
lo retiran. Tiene dos puertas mi ciudad, una con ascensor que cuando
va siempre estás tú ocupándolo y cuando no funciona yo me quedo
con cara de tonto, desalentado y tú, tan ricamente utilizas la
escalera que hay en la puerta para mí prohibida, mi puerta, nuestra
puerta necesita de vuestra sensibilidad a veces nula, estacionáis en
zonas reservadas, en pasos de peatones, metéis el carrito del niño
en las reservas del autobús, muchas veces vacío o con la compra...
por favor no cerréis mi puerta, nuestra puerta, es bella la vida
incluso sorteando vuestras trabas, imaginaos por un momento como nos
sentiríamos si tuvierais un poco de cortesía al utilizar mi puerta,
nuestra puerta, ese hueco que han horadado para mi, para nosotros y
que vosotros “violáis” sin percataros.
Tiene
dos puertas mi ciudad, la de siempre y la mía, la nuestra.
06-09-15
A.
Hinarejos
No hay comentarios:
Publicar un comentario