Ingenio
Aquel día entendí lo
que es la miseria que un terrateniente ofrece a cambio de su
opulencia... ...Estaba delante de unos barracones construidos
exprofeso para tal fin, trabajadores baldados por el calor, el
trabajo, el polvo... cohabitaban con sus malvestidos hijos, diría
que desnutridos, para recolectar caña de azúcar, eran tan pobres
que su trabajo (según los latifundistas) no cubría alquiler,
comida, vestidos... Aquellos trabajadores después de la temporada
habían contraído una deuda con su “amo”. Estos días recuerdo
aquello con tristeza, máxime viviéndolo en directo y en mi próspero
país, aquí y ahora un trabajador no cubre con su sueldo hipoteca,
comida, vestido... un trabajador y su compañera que trabajen en
Fnac, por ejemplo, suman un sueldo de unos mil quinientos euros,
hipoteca 1000, recibos 100, guardería (un hijo) 100, comida 400...
al final de mes adeudan como los “esclavos” de la caña de
azúcar, su sueldo es tan miserable que se refleja en la opulencia de
los empresarios, Inditex, Banco de Santander... Está demostrado que
cuando hay más precariedad más aumentan las grandes fortunas, la
línea del bienestar más se inclina, el “cielo” terrenal lo
disfrutan unos poquitos, mientras que el infierno apocalíptico se
desparrama por el cortador de cañas de azúcar ahogando sus
ilusiones... ...Yo creí que semejante situación era inverosímil en
un país medianamente civilizado, estaba confundido ¿El poder del
pueblo existe? ¿Dónde está? Estamos viciados por un miedo
aniquilador de voluntades, perfectamente confeccionado por
terratenientes escondidos entre empresarios sin escrúpulos.
Desnudo y con hambre el
pueblo corta caña de azúcar, el ingenio azucarero no para de
fabricar con manos de “esclavo” el azúcar que enriquece al
latifundista, mientras, el obrero cabizbajo flagelado por la guardia
pretoriana del poder no se atreve a rechistar.
Hoy entiendo que la
miseria no es de trabajadores, la genera el poder para arrodillarlos
hasta dejarlos sin identidad.
08-05-14
A.Hinarejos
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