lunes, 14 de noviembre de 2016

Recordando: Breviario



Yo, que tendría que sentirme mal, me rio entre dientes cuando os “contemplo”, creo que tenéis cambiados los parámetros, os veo como si fuerais una máquina complicada, vamos, como un móvil por ejemplo, solamente explotáis lo fácil de vosotros, cuando tenéis ganas de comer, hacéis el amor, cuando tenéis que permanecer sentados, paseáis... ...Sois la pera, os lamentáis, lloráis, usáis las manos cuando tendríais que utilizar la palabra... ...Yo contemplo desde vuestro lado las virtudes que dejáis de utilizar cuando intentáis vivir, mecanizáis escaleras, rampas, pasarelas... para no andar y luego pagáis para caminar en cintas mecánicas en un gimnasio, como va a ir bien el mundo si derrochamos energía para hacer lo más básico de lo que disponéis, como es el caminar, y del coche mejor no hablemos, lo utilizáis hasta para ir a buscar el periódico, por decir algo... ...Yo también, pero vosotros que estáis “enteros”, vamos “sin romper”, necesitaríais un “manual” explicativo de vuestro cerebro para no utilizar sólo las funciones más burdas, las sutiles las tenéis todos fuera de vuestro alcance sin breviario, es una pena que paseemos por la vida sin conocer la sutilidad de disfrutar sin emporcar, está roto vuestro “muñeco”, el polichinela tiene las “neuronas” confundidas, levanta la mano cuando quiere atarse los cordones, cuando está triste ríe, tiene hambre y vuela... reflexionar cinco minutos antes de abocaros al precipicio, escuchad el silencio en medio de la multitud, dejad quietas las manos y entended antes por qué queréis caminar... ...Falta un manual explicativo si queremos abrir cada mañana la puerta de la satisfacción, está claro. Lo tenéis todo, todo menos el breviario, por eso vuestro “muñeco” está roto, es un pobre polichinela que se aflige de amargura sin necesidad, camináis necesitados de sutilezas, engendráis pretensiones inexistentes... lo tenéis todo, solamente tenéis que meditar durante unos minutos para encontrar el privilegio que se esconde en algún rincón de vuestro pensamiento.
Me enoja vuestra actitud, lo tenéis todo, y lloráis lágrimas de “sangre” por codiciar los trastos del vecino. No quiero alargar más mi crítica, sólo pediros que al menos un rato cada día os dediquéis a la contemplación, a la de la multitud.
18-08-13

A. Hinarejos

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