La Boqueria
Estaba la plaza atestada de gente,
el animal un ejemplar digno de la admiración de todos sufría no sé desde cuando, los flases de las cámaras de fotos, incluso de algún
que otro móvil captaban su figura, la verdad, que a mi me quedó aquella imagen como recuerdo de lo que el ser humano es capaz, el
rey, el más inteligente, el dueño de todo… evidentemente nadie
criticaba el hecho de que aquel animal estuviera allí y en aquellas
condiciones, casi, casi era una cosa normal, el físico de aquel
bicho era lo que les hacía fotografiarlo y si más no, contemplarlo
algunos minutos, la verdad que procedimientos así deberían estar
regulados por la ley, en este caso en concreto se trataba de un
ejemplar de bogavante de unos tres kilos probablemente el tatarabuelo
de su "clan". Aquel animal por edad tendría que estar
indultado, pero no sólo lo habían cazado sino que al igual que todos
sus descendientes y ascendentes, le esperaba una agonía interminable
por inanición, ya que sus pinzas estaban sujetas con una banda
elástica. El ejemplar había "toreado" al ser humano
durante toda su vida, pero la crueldad empírica no solamente ha
acabado atrapándolo sino que lo exhibe maniatado a la espera de que
lo compren para cocerlo vivo.
Aunque no se queje, aquel ser
también tiene vida.
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